lunes, 30 de enero de 2017

Rivera Maya en otoño.

A finales del mes de octubre mis mejores amigas de la preparatoria y yo decidimos ir a explorar la Rivera Maya en Quintana Roo. Tras haber visitado algunos lugares de este paraíso anteriormente, decidimos ir en un mood mucho más aventurero pero contrastantemente más relax, decidimos no hacer "lo típico" y en cambio planeamos hacer un road trip por algunos lugares.

Aterricé en el aeropuerto de Cancún y me trasladé a Playa del Carmen encontrándome con dos de mis amigas, aprovechamos ese día para comer, platicar, caminar por la "Quinta Avenida" y la playa. Una de mis mayores impresiones fue ver como el mar le ganaba terreno a la playa, había visitado Playa del Carmen unos años atrás y fue impactante ver como se había reducido varios metros el espacio para caminar a la orilla del mar. Quede muy sorprendida de ver como la naturaleza se encarga de recuperar su terreno sobre nosotros. Cuando cayó la tarde nos dirigimos a la casa donde nos estaríamos quedando todo el fin de semana, compramos cervezas y nos tomamos la libertar de platicar hasta caer dormidas.

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Al siguiente día nos dimos a la tarea de conocer una playa mucho menos concurrida que conectaba su agua con la de un cenote a escasos metros del mar, el día ahí transcurrio de la manera más agradable hasta que las nubes llenas de agua nos alcanzaron y después de bañarnos con una fresca lluvia decidimos quedarnos a contemplar a las gaviotas que posaban naturalemente para las fotos.

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Cuando cayó la tarde nos fuimos directo a la terminal de autobuses para recoger al resto de amigas que hacían falta. Fue bastante emocionante volver a estar juntas después de muchos meses de estar separadas, aprovechamos unos minutos para caminar por la Quinta y nos dirigimos a la casa donde nos estaríamos quedando, la noche del viernes nos regalamos una escapada a los night clubs de Playa del Carmen, era de esperar que esa noche no sería una salida tranquila como habíamos pensado y cuando volvimos a casa el sol ya estaba saliendo y estábamos tomando maletas para salir a conocer Bacalar. Después de 4 horas y muchísimo sueño nos curamos la resaca y llegamos a la hermosísima "Laguna de Bacalar", estuvimos contemplando la laguna en ""Los Aluxes" donde comimos y pasamos toda la tarde nadando en la laguna de 7 colores. En resumen Bacalar fue mágico.

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Nuestra siguiente parada fue Tulúm, no encontramos mejor manera de despedir el viaje y pasar el domingo que rentar una bicicleta para recorrer el pueblo de Tulúm, tomarle fotos a las ruinas y contemplar el azul turquesa de sus playas, encontramos comida maya a un precio muy económico y un sazón inolvidable, fue un día increíble y es difícil decir cual de los lugares que recorrimos se convirtió en mi favorito.

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Fue un viaje lleno de amor y tuve la oportunidad de redescubrir lo importante que son mis amigas en mi vida, además de admirar los paisajes llene mi álbum mental de recuerdos con personas que adoro. Debo admitir que en más de una ocasión la lluvia nos cayó encima y al contrario de lo que algunas personas piensan de ella, para mi es delicioso el momento cuando la naturaleza nos hace ver lo presente que esta en nuestras vida. Agradezco a mis amigas el hermoso viaje que realizamos y los momentos que dejamos en la Rivera Maya.

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