martes, 6 de noviembre de 2018

Islandia.

Después de un año de trabajo, una serie de eventos que no esperaba que la vida me presentara, el cambio repentino de proyecto laboral y unas ganas incontrolables de salir corriendo, tomé mi vuelo.
De nuevo ese sentimiento que había experimentado años atrás, me emocionaba la idea de volver a viajar sola, ahora más lejos y por mucho más tiempo.

Pretendía perderme 10 extraordinarios días en busca de auroras boreales en Islandía. La búsqueda no fue fácil y moverme por una isla nórdica en invierno yo sola y sin auto propio no fue como lo esperaba. Porque en realidad una parte de mi así lo deseaba o así lo necesitaba, tenia que enfrentarme a todos incluso a mi. Y , a la vez tenía que confiar en mi en lo que decidía, en lo que confiaba.

Mi principal objetivo fue fotografiar la isla y las auroras boreales que bailan sobre ella.
Desafortunada o afortunadamente las condiciones del clima solo me permitieron ver las nubes y sentir la ira de las tormentas de nieve, al menos tengo una excusa para volver.

Lo que encontré fue sorprendente.






Fujifilm Superia 200.
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