lunes, 4 de abril de 2016

Francis.

Generalmente cuando escribo nunca lo hago de alguien más, pero hoy es diferente.
Hoy vengo a escribir de Francis.
Desde que volví de Perú, solo puedo pensar en escribir lo más lindo que se me venga a la mente, de quien sea que me haga feliz.
Y la verdad jamás había experimentado una felicidad como la que ese viaje me dio, no solo regresé más libre, regresé con muchas ganas de aprender más, de ver con mis propios ojos, de aprender algo nuevo de una persona, de una cultura, regresé más tolerante.
Y uno de mis momentos favoritos al viajar es conocer a alguien que te haga querer sacar lo más bonito que tiene la vida y yo la conocí, se llama Francis, es de Chile, es divorciada, tenia hijos, era mochilera desde hacia 20 años y tiene 70 años si no mal recuerdo.
¿Que era lo que hace a Francis tan especial?
Ser ella.

Llegó a la habitación que ya compartíamos 5 personas de diferentes lugares. Ese día habíamos llegado de recorrer el centro de Lima, estábamos emocionados por que esa noche habría una fiesta y teníamos unas ganas tremendas de bailar y tomar algo.
Planeamos ir a dar una caminada por Miraflores esa misma tarde para conocer algunas cosas importantes y cenar algo.

De pronto, abrió la puerta la nueva roomie, y con un saludo amable grito.
¡Hola chicos!
Se presentó con nosotros, justo recuerdo que estábamos aprendiendo algunas curiosidades de los países de donde veníamos y maravillandonos de lo diferentes que eran entre si.
Cuando ella llegó, inmediatamente comenzó a hablar y como sucede en estos viajes, de pronto conoces a alguien que jamas vas a olvidar, empezó a contarnos su vida y nuestra curiosidad nos hizo preguntarle.
¿Cuantos años tienes?
-70- respondió. -Llevo 20 años viajando.-

En ese momento los 4 prestamos atención de cada palabra que decía, la verdad eramos como unos niños aprendiendo del maestro, pero increíblemente ella aprendía de nosotros también.
Me preguntó como le decíamos a la cerveza en México y como decíamos cuando queríamos salir de fiesta. En ese momento supe que había algo especial en ella, lo debo confesar. Nuestro tiempo platicando paso volando y todo lo que decía nos tenia maravillados. Salimos todos a cenar, platicábamos de los viajes, de cuales serian nuestros siguientes destinos, que nos visitaríamos todos algún día.

Una cena muy peculiar de 10 soles por que no es buen viajero el que no se atreve a ahorrar lo mas que pueda para aventurarse un poco más.
De regreso al hostel me platico sobre el amor, que había conocido a un hombre y que le emocionaba verlo porque él vivía lejos de donde ella viva, que se sentía como un adolescente cuando hablaba con él. Que es lindo sentirse así, ahí supe que era una cursi como yo.

Al final, no nos acompaño a la fiesta, prefirió dormir, yo me despedí porque en la madrugada tendría que partir.

Nos dio un abrazo, nos dijo que había sido un placer conocernos.
Y nos dijo muy seriamente.
¡Salgan, conozcan al amor de sus vidas en el lugar que menos esperan!
Nos reímos y salimos a la fiesta.

Me gusta recordar esas partes de los viajes, esas memorias que no las tienes en fotografías, que nadie las puede ver, que son solo tuyas, que te hace feliz recordarlas.



"With age comes wisdom, with travel comes understanding".

Que lindo es viajar.


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